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Barcos. Objeto Esculturas
El barco ha sido una imagen recurrente en mi infancia, me crié entre dos opuestos, la histórica ciudad de Avellaneda, para la cual al acceder hace falta inevitablemente atravesar el Riachuelo y la hermosa ciudad rural de Lobos, en la provincia de Buenos Aires.
Dos extremos, el campo y la ciudad, que sin dudas me han aportado singulares riquezas... El paisaje cotidiano del Riachuelo, indiscutidamente me transmitió la pasión y la curiosidad por los barcos viejos, encallados, sumergidos en un abandono silencioso y solitario... pero a la vez en un contexto completamente urbano, indutrial e indiferente... El campo, por su parte, me regaló la conexión y el amor por la naturaleza, el aprovechamiento y valoración de los recursos disponibles, la bondad de la reutilización de los materiales, la apreciación de lo alterado por el uso y el paso tiempo y la paz y el espacio sin límites para explayar mi creatividad...
En la fusión de ambos extremos, apareció el barco como figura y objeto, cargado de colores brillantes, plenos y saturados, donde la textura y la distorsión también hacen presencia. La sombría imagen del barco encallado en el Riachuelo, se ve resignificada por la alegría y la iluminación viváz de la naturaleza disfrutada en el campo.
Desarrollo este proyecto artístico a partir de la utilización de materiales reciclados, basado en el concepto de la sustentabilidad y el cuidado de la Naturaleza.
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